viernes, 3 de abril de 2009

BUDA, MI COLEGA

tengo que limpiar el buda del escritorio,
que está lleno de mugre y de polvo,
sobre todo por el pecho y la barriga; ah,
hemos pasado tantas noches juntos; hemos
soportado la trivialidad y el horror; en momentos turbios
nos hemos reído
limpiamente, ahora
lo menos que se merece es un buen
repaso
con un paño húmedo;
algunas noches, muy largas,
han sido verdaderamente terribles, pero
el buda ha sido una compañía agradable
y tranquila; no llega a mirarme nunca, pero
nunca deja de reírse. se ríe
de esta porquería de
vida: no hay nada que hacer.

"limpiarme, ¿para qué?", me pregunta, "volveré a
ensuciarme".
"finjo compartir una necia cordura", le
contesto.
"bébete el vino", responde,"tú sirves para
eso".
"y", le pregunto, "¿para qué sirves
tú?"
replica: "para casi
mirarte".

luego se calla.
lleva una sarta de cuentas con una
borla.

¿cómo ha llegado hasta aquí?

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