domingo, 29 de noviembre de 2009

PEOR PARA EL SOL

-¿Qué adelantas sabiendo mi nombre?
cada noche tengo uno distinto
y, siguiendo la voz del instinto,
me lanzo a buscar…-
-Imagino, preciosa, que un hombre-
-Algo más, un amante discreto
que se atreva a perderme el respeto…
¿No quieres probar?
Vivo justo detrás de la esquina,
no me acuerdo si tengo marido,
si me quitas con arte el vestido
te invito a champán...
Le solté al barman mil de propina,
apuré la cerveza de un sorbo
(acertó quien “El templo del morbo”
le puso a este bar)

Peor para el sol
que se mete a las siete en la cuna
del mar a roncar,
mientras un servidor
le levanta la falda a la luna.

Al llegar al portal nos buscamos
como dos estudiantes en celo,
un piso antes del séptimo cielo
se abrió el ascensor…
Nos sirvió para el ultimo gramo
el cristal de su foto de boda
no falto ni el desfile de moda
de ropa interior.
-En mi casa no hay nada prohibido
pero no vayas a enamorarte,
con el alba tendras que marcharte
para no volver,
olvidando que me has conocido,
que una vez estuviste en mi cama…
Hay caprichos de amor que una dama
no debe tener-.

Peor para el sol
que se mete a las siete en la cuna
del mar a roncar,
mientras un servidor
le levanta la falda a la luna.

-Es mejor- le pedí -que te calles,
no me gusta invertir en quimeras,
me han traido hasta aqui tus caderas…
no tu corazón-
Y después… ¿Para qué mas detalles?
Ya sabéis… Copas, risas, excesos...
¿Cómo van a caber tantos besos
en una canción?
Volví al bar a la noche siguiente
a brindar con su silla vacía,
me pedí una cerveza bien fría
y entonces no sé
si soñé o era suya la ardiente
voz que me iba diciendo al oído:
-Me moría de ganas, querido,
de verte otra vez.

Peor para el sol
que se mete a las siete en la cuna
del mar a roncar
mientras un servidor
le levanta la falda a la luna.

EL ABAJO FIRMANTE

I]
El abajo firmante hizo la ceja

como una conejita de playboy
alérgica a la niña de Rajoy,
tan rancia, tan metódica, tan vieja.

El abajo firmante anda en la inopia.
A cuenta de la obscena realidad
no miente si maquilla la verdad
y cuando olvida es en defensa propia.

El abajo firmante necesita
volver a deshojar la margarita
del sí, del no, del cómo, del depende.

El abajo firmante, a duras penas,
procura sacudirse las cadenas
que esposan al que compra y al que vende.

II]
El abajo firmante es un pardillo.

Aunque sangre a pedazos por la herida
nunca da la batalla por perdida,
no en vano debutó de monaguillo.

Licenciado en encaje de bolillos,
doctor en madrugadas desabridas,
con un máster en cosas de la vida
sección aquí te mato, aquí te pillo.

Hace tanto, cuando era tan pequeño,
el abajo firmante tuvo el sueño
de rimar con los sueños de la gente.

El abajo firmante, escarmentado
de tanto traficar con el pecado,
se declara culpable e inocente.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Un Ganster para un milagro, 1961

- Annie, ¿quieres decirme por qué yo creo siempre que tus manzanas me traen suerte, eh, quieres decírmelo?
- Porque los duendecillos te aprecian...
- ¿Qué duendecillos?
- ¡Oh! ¡Nunca se les ve...! Viven en los sueños nada más...
- Y... me aprencian a mí, ¿eh? ¿Por qué?
- Porque les gustan los niños, los mendigos y los poetas...
- ¿De modo que soy un poeta?