lunes, 2 de febrero de 2009

A VECES

Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.

1 comentario:

  1. ¡Qué decir de Ángel! ^^
    Sus poemas son geniales...
    PD: Creo que nosotras no disimulamos xD

    /versoequivocado

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