martes, 18 de mayo de 2010

En medio de la multitud

En medio de la multitud le vi pasar, con sus ojos tan rubios
como la cabellera. Marchaba abriendo el aire y los cuerpos;
una mujer se arrodilló a su paso. Yo sentí cómo la sangre desertaba
mis venas gota a gota.
Vacío, anduve sin rumbo por la ciudad. Gentes extrañas pasaban a mi lado sin verme. Un cuerpo se derritió con leve susurro al tropezarme. Anduve más y más.
No sentía mis pies. Quise cogerlos en mi mano y no hallé mis manos; quise gritar, y no hallé mi voz. La niebla me envolvía.
Me pesaba la vida como un remordimiento; quise arrojarla de mí. Mas era imposible, porque estaba muerto y andaba entre los muertos.

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